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OPCIÓN CREYENTE

La plegaria es uno de los ejes que configuran ACAT; los otros son: la información, la reflexión y la acción. Estos ejes están íntimamente relacionados, son interdependientes y se alimentan mutuamente. Las acciones son consecuencia de la información y posterior reflexión, y todo esto está empapado por una espiritualidad y unas actitudes evangélicas; la plegaria fundamenta, alimenta y nos da fuerza para llevar a cabo las acciones a que nos empuja nuestro compromiso con los hombres, las mujeres, los niños y niñas de todo el mundo, intentando construir un mundo mejor, donde la paz sea fruto del amor y la justicia.

La plegaria está en el corazón del compromiso por la defensa de los derechos humanos; nos hermana con tantos otros que luchan por la paz y la justicia, nos ayuda a pensar en los torturadores como hijos de Dios, nos ayuda a serenar el corazón, a encontrar en el Espíritu la fuerza para continuar adelante. Con la plegaria queremos pedir por las personas que sufren tortura y por sus torturadores, poniendo barreras a la espiral de venganza y odio.

Los Encuentros de Plegaria se ofrecen a cristianos de todas las confesiones y son preparadas por una comisión ecuménica. La realización de las plegarias se hace en diversas comunidades religiosas de varias iglesias, y también en diferentes Parroquias de nuestra Diócesis. A menudo estas plegarias están incluidas en la plegaria litúrgica de la comunidad acogedora, por ejemplo en la plegaria de las Vísperas.

ACAT también organiza otras celebraciones, de carácter más festivo e interconfesional, como conciertos y celebraciones de cumpleaños de la fundación de nuestra ACAT.

El Vía crucis, es un material pedagógico, realizado en catalán y en castellano en forma de PPT por nuestra socia Montserrat Llopart, para rogar con los crucificados. Es una forma de rogar, en plena correspondencia con las acciones que hace la ACAT en defensa de los derechos de toda persona. Acompañamos Jesús en su camino al Calvario y acompañamos el sufrimiento de la humanidad, a los torturados y maltratados del mundo, representados por casos reales, de los cuales ACAT se ha hecho eco, intercediendo por ellos. El grito de Jesús en la Cruz es el grito de todos los crucificados, que piden justicia, misericordia y perdón.

En la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento) encontramos la base teológica de los DDHH. Desde la fe, estamos obligados a estar al lado de las víctimas, de los débiles. El combate contra la tortura está en el corazón del mensaje judeo-cristiano. En la Palabra de Dios encontramos el Dios de la vida y el cimiento de nuestra actuación en la defensa de la dignidad de la persona humana; lo encontramos en el relato de la Creación, en el Éxodo, en los profetas.

En el Evangelio liberador de Jesús de Nazaret encontramos que Jesús nos dice claramente que las actitudes básicas para vivir según la Buena Nueva que Él nos comunica de parte del Padre son el amor y la misericordia. También otros textos del Nuevo Testamento recogen el mismo espíritu del Evangelio; así, Pablo nos dice que nos tenemos que acordar de los presos y de quienes son maltratados, como si fuéramos nosotros mismos (Carta a los Hebreos, 13, 3).

La fe en el Cristo torturado, muerto y resucitado nos da la fuerza de esperar y actuar por la abolición de la tortura. Los cristianos nos comprometemos a luchar por un mundo sin tortura, ni física ni psicológica, porque esta es incompatible con la dignidad humana, con la dignidad de ser hijos de Dios, e incompatible con el Evangelio de Jesús.

Hay muchos autores que escriben y han escrito en defensa de los DDHH. Son significativos, entre otros, los artículos del Papa Francisco referentes a este tema, los del jesuita Juan Antonio Pagola, los de algunos autores de Justicia y Paz y Cristianismo y Justicia.

En el archivo del ACAT, que se encuentra en su sede, el Monasterio de Sant Pere de las Puelles, hay ejemplares de estos artículos y documentos. Se pueden consultar, pidiéndolo previamente a la secretaria de la ACAT, a acat.secretaria@pangea.org